Dudo que vuelva a usar este blog. Por un lado porque siento que hay muchas yo pasadas metidas en un sólo lugar y eso puede resultar caótico. Por otro, porque prefiero dejar mi vida personal de nado porque a ladie le importa. Aguante la dislexia. Y como estoy sintiendo la necesidad de expresarme mediante todo lo que hago (mis mejores amigos se reírían de leer esto), está en proyecto un nuevo blog, donde espero publicar audiovisuales propios, realizados a lo largo de las dos carreras que realizo, reflexiones sobre cosas que voy a ir aprendiendo, y otras cosillas más.
Fuiste una buena página en blanco, CharlatansxSaints. Ah, y perdón por no haberte recuperado nunca de este diseño choto. Hubo tiempos mejores.
Bienvenidos a la Vida Moderna de Celes.
Edit de unos minutos después: Fuá, escribí para el orto un texto de seis renglones.
No tengo banner, lo sé.
Welcome to Paradise
Página en construcción. Estará lista cuando la paja no le gane a la editora/escritora (o cuando photoshop se porte bien).
Si alguien sabe cosas que empiecen con la letra M, comente acá!
Si alguien sabe cosas que empiecen con la letra M, comente acá!
19 oct 2015
14 jun 2014
On the other side...
Lo triste no es que el individuo sepa que nadie lo espera del otro lado, sino que el hecho de que nadie lo espere es frustrante porque él siempre estuvo esperando a alguien más.
16 feb 2014
Con sai Tigre
Fue una noche que jamás olvidó, pero tan fabulosamente extraña que nunca pudo describir... ni siquiera recordarla racionalmente, del modo en que recordamos los acontecimientos mundanos de nuestras vidas. La comprensión plena solo retornaba a él en sueños, y hasta el final de su vida soñó con la boreastada. Ni tampoco eran pesadillas. Eran sueños buenos. Eran sueños de seguridad.
Hacía calor bajo la sábana, y el bulto durmiente de su compañero daba aún más calor. En cierto momento se deslizó bajo su cobertor lo suficiente para atisbar miles de millones de estrellas esparcidas en la bóveda del cielo, más de las que hubiera visto jamás en su vida. Era como si la tormenta hubiera perforado agujeros diminutos en el mundo por encima del mundo y lo hubiera transformado en un tamiz. Brillando a través se filtraba todo el misterio esplendoroso de la creación. Quizá tales cosas no estuvieran destinadas a ser vistas por ojos humanos, pero Tim estaba seguro de que le había sido concedida una dispensa especial para mirar, pues se encontraba bajo un manto de magia y yaciendo junto a una criatura que hasta los aldeanos más crédulos de Arbolvilla hubiesen tachado de mítica.
Sintió un temor reverencial al alzar la vista a aquellas estrellas, pero también un profundo y duradero deleite, tal como sentía cuando niño, al despertar en mitad de la noche, a salvo y abrigado bajo su colcha, adormilándose medio dentro medio fuera del sueño, escuchando al viento cantar su solitaria canción de otros lugares y otras vidas.
"El tiempo es un ojo de cerradura -pensó mientras contemplaba las estrellas-. Sí, eso creo. A veces nos agachamos y atisbamos a su través. Y el viento que entonces sentimos en la mejilla, el viento que sopla por la cerradura, es el aliento de todo el universo viviente."
El viento rugía en el cielo vacío, el frío se recrudecía, pero Tim Ross yacía a salvo y abrigado, con un tigre durmiendo a su lado. En algún momento él mismo se escurrió en el letargo de un descanso que fue profundo y satisfactorio y no turbado de pesadillas. Se sintió muy pequeñito, como volando en el viento que soplaba por el ojo de la cerradura del tiempo. Yéndose lejos del borde del Gran Cañón, por encima del Bosque Interminable y el Fagonard, sobre la Ruta del Fustaferro, más allá de Arbolvilla -solo un valiente nidito de luces desde su cabalgadura en el viento- y más lejos, más lejos, oh, muchísimo más lejos, a través de los confines de Mundo Medio hasta una enorme Torre de ébano que se erguía en el cielo.
"¡Iré allí! ¡Iré algún día!"
Fue su último pensamiento antes de que el sueño lo raptara.
Hacía calor bajo la sábana, y el bulto durmiente de su compañero daba aún más calor. En cierto momento se deslizó bajo su cobertor lo suficiente para atisbar miles de millones de estrellas esparcidas en la bóveda del cielo, más de las que hubiera visto jamás en su vida. Era como si la tormenta hubiera perforado agujeros diminutos en el mundo por encima del mundo y lo hubiera transformado en un tamiz. Brillando a través se filtraba todo el misterio esplendoroso de la creación. Quizá tales cosas no estuvieran destinadas a ser vistas por ojos humanos, pero Tim estaba seguro de que le había sido concedida una dispensa especial para mirar, pues se encontraba bajo un manto de magia y yaciendo junto a una criatura que hasta los aldeanos más crédulos de Arbolvilla hubiesen tachado de mítica.
Sintió un temor reverencial al alzar la vista a aquellas estrellas, pero también un profundo y duradero deleite, tal como sentía cuando niño, al despertar en mitad de la noche, a salvo y abrigado bajo su colcha, adormilándose medio dentro medio fuera del sueño, escuchando al viento cantar su solitaria canción de otros lugares y otras vidas.
"El tiempo es un ojo de cerradura -pensó mientras contemplaba las estrellas-. Sí, eso creo. A veces nos agachamos y atisbamos a su través. Y el viento que entonces sentimos en la mejilla, el viento que sopla por la cerradura, es el aliento de todo el universo viviente."
El viento rugía en el cielo vacío, el frío se recrudecía, pero Tim Ross yacía a salvo y abrigado, con un tigre durmiendo a su lado. En algún momento él mismo se escurrió en el letargo de un descanso que fue profundo y satisfactorio y no turbado de pesadillas. Se sintió muy pequeñito, como volando en el viento que soplaba por el ojo de la cerradura del tiempo. Yéndose lejos del borde del Gran Cañón, por encima del Bosque Interminable y el Fagonard, sobre la Ruta del Fustaferro, más allá de Arbolvilla -solo un valiente nidito de luces desde su cabalgadura en el viento- y más lejos, más lejos, oh, muchísimo más lejos, a través de los confines de Mundo Medio hasta una enorme Torre de ébano que se erguía en el cielo.
"¡Iré allí! ¡Iré algún día!"
Fue su último pensamiento antes de que el sueño lo raptara.
El Viento por la Cerradura - Stephen King.
10 ene 2014
Carolina
Hoy fue un día que seguramente más adelante, en meses o tal vez años recuerde como uno de los que más me marcó en la vida. No fue alegre, pero tampoco pesó tanto como creí que iba a pesar. Ahora escribo para grabarlo y para no olvidarlo, porque Carolina no es alguien que desee olvidar. Ahora vive en mi corazón, feliz, espero que también en paz.
Creo que ayer pesó más que hoy, de hecho. Ya no sabía qué hacer. Ninguno de nosotros sabía qué hacer. Mi gata luchó contra su enfermedad todo el último año. Bien sabemos nosotras que luchamos con ella. No sé qué pensarán los demás sobre cómo estuvimos cuidándola, si creerán que fue lo correcto o no, en todo este tiempo recibimos bastantes comentarios. Para mí, hicimos lo que teníamos que hacer, y sigo convencida de eso. Seguramente el esfuerzo que hicimos fue más por nosotras mismas que por ella, no voy a negar el pequeño toque de egoísmo que caracteriza a todo ser humano. No creo poder hablar por mis hermanas y por mi madre ahora, ellas deben tener sus propios pensamientos respecto al tema, pero en cuanto a mí, creo que además lo hice porque quería regalarle vida, la vida que todas las personas tratan de cuidar, yo quería cuidársela a ella también, y principalmente porque la amaba.
Cada uno de los seres en ésta casa, humano, perro o gato, ocupa un lugar fundamental. El vacío que quedaría si no estuviéramos alguno de nosotros sería enorme. Caro dejó su lugar, pero antes de irse lo llenó con todo el amor que nos entregó a nosotras tres. Nuestra mamá gato. Y así es como quiero recordarla. Como la bola de pelos que era, blanca, como espuma, con esos ojos grandes y su maullido tierno. Nos consoló a todas cuando alguna vez lloramos, se bancó que juguemos con ella, que la disfracemos, que nos quedemos dormidas abrazándola (aplastándola), anduvo atrás nuestro y nos cuidó como pudo, como su instinto se lo permitía. Me quedo con eso porque fue lo más puro que me pudo dar. Espero haber estado lo suficiente para ella también.
Hablar de sus últimas horas es algo que no quiero hacer con nadie. Fue la decisión más difícil de nuestras vidas, y por mi parte, casi ni fue una decisión, porque era así como tenía que ser. Traicioné mis propios principios porque al final no estoy segura de cuánto sirven, ni de cuánto sirve mi orgullo. Sólo sé que en ese momento había una verdad, y era que Carolina me había dado todo, y yo tampoco tenía más para darle. Así que le agradecí, la besé mucho más, le prometí que siempre la iba a querer y que nunca la iba a olvidar, ella ronroneó un poco, y después la dejé ir. La frase "descansa en paz" jamás tuvo tanto sentido como ahora.
Cuando volvimos a casa, la despedimos todas. Lloramos, pero después ya no quise llorar más. No sabía cómo decírselo a mis hermanas y a mi vieja, pero creo que de alguna forma me entendieron porque más tarde almorzamos y pudimos empezar de a poco a hablar de ella y a pensar en todo lo que fue Caro. Cuando recién llegó, llena de pulgas y garrapatas, wácala, cuando creció (que era mala como es era Pitu, y le mordía los pies a Jimena), cuando tuvo bebés, cuando la disfrazábamos, cuando una vez perdió un diente por jugar conmigo (:S)... Y cuando nos dimos cuenta, estábamos riéndonos por todas esas cosas hermosas que pasamos con ella. Ahora estoy volviendo a llorar, un poco, porque todavía no me duele tanto extrañarla. Pero cada vez que me duela voy a pensar en eso, en esas cosas que ya quedaron grabadas. En Cora, Caro, Cori, Caroline, Carolina, que pasó un rato por acá y ahora continuó su camino, para siempre. En Caro, que ahora es eterna.
Creo que ayer pesó más que hoy, de hecho. Ya no sabía qué hacer. Ninguno de nosotros sabía qué hacer. Mi gata luchó contra su enfermedad todo el último año. Bien sabemos nosotras que luchamos con ella. No sé qué pensarán los demás sobre cómo estuvimos cuidándola, si creerán que fue lo correcto o no, en todo este tiempo recibimos bastantes comentarios. Para mí, hicimos lo que teníamos que hacer, y sigo convencida de eso. Seguramente el esfuerzo que hicimos fue más por nosotras mismas que por ella, no voy a negar el pequeño toque de egoísmo que caracteriza a todo ser humano. No creo poder hablar por mis hermanas y por mi madre ahora, ellas deben tener sus propios pensamientos respecto al tema, pero en cuanto a mí, creo que además lo hice porque quería regalarle vida, la vida que todas las personas tratan de cuidar, yo quería cuidársela a ella también, y principalmente porque la amaba.
Cada uno de los seres en ésta casa, humano, perro o gato, ocupa un lugar fundamental. El vacío que quedaría si no estuviéramos alguno de nosotros sería enorme. Caro dejó su lugar, pero antes de irse lo llenó con todo el amor que nos entregó a nosotras tres. Nuestra mamá gato. Y así es como quiero recordarla. Como la bola de pelos que era, blanca, como espuma, con esos ojos grandes y su maullido tierno. Nos consoló a todas cuando alguna vez lloramos, se bancó que juguemos con ella, que la disfracemos, que nos quedemos dormidas abrazándola (aplastándola), anduvo atrás nuestro y nos cuidó como pudo, como su instinto se lo permitía. Me quedo con eso porque fue lo más puro que me pudo dar. Espero haber estado lo suficiente para ella también.
Hablar de sus últimas horas es algo que no quiero hacer con nadie. Fue la decisión más difícil de nuestras vidas, y por mi parte, casi ni fue una decisión, porque era así como tenía que ser. Traicioné mis propios principios porque al final no estoy segura de cuánto sirven, ni de cuánto sirve mi orgullo. Sólo sé que en ese momento había una verdad, y era que Carolina me había dado todo, y yo tampoco tenía más para darle. Así que le agradecí, la besé mucho más, le prometí que siempre la iba a querer y que nunca la iba a olvidar, ella ronroneó un poco, y después la dejé ir. La frase "descansa en paz" jamás tuvo tanto sentido como ahora.
Cuando volvimos a casa, la despedimos todas. Lloramos, pero después ya no quise llorar más. No sabía cómo decírselo a mis hermanas y a mi vieja, pero creo que de alguna forma me entendieron porque más tarde almorzamos y pudimos empezar de a poco a hablar de ella y a pensar en todo lo que fue Caro. Cuando recién llegó, llena de pulgas y garrapatas, wácala, cuando creció (que era mala como es era Pitu, y le mordía los pies a Jimena), cuando tuvo bebés, cuando la disfrazábamos, cuando una vez perdió un diente por jugar conmigo (:S)... Y cuando nos dimos cuenta, estábamos riéndonos por todas esas cosas hermosas que pasamos con ella. Ahora estoy volviendo a llorar, un poco, porque todavía no me duele tanto extrañarla. Pero cada vez que me duela voy a pensar en eso, en esas cosas que ya quedaron grabadas. En Cora, Caro, Cori, Caroline, Carolina, que pasó un rato por acá y ahora continuó su camino, para siempre. En Caro, que ahora es eterna.
21 oct 2013
I was there
Una banda comienza a aparecer en todos los sitios que visito el día de hoy, acompañada de largos párrafos llenos de recuerdos y buenos sentimientos. Hace tres años, Green Day se presentaba en la Costanera Sur, en Buenos Aires, a tan sólo dos horas de mi casa, y hoy todos conmemoran esa fecha, esa fiesta. Highlight: all night.
Todo lo que cambié después de esa fecha es imposible de explicar en pocas palabras. Cuando salí de ese recital de verdad estaba convencida de que después de mucho tiempo, uno de mis más grandes sueños en la vida estaba realizado. Había tenido a las tres personitas que me volvían loca a tan sólo metros, el mismo Mike Dirnt se comunicó conmigo por medio de gestos en varias ocasiones, al principio conociéndome, al final tirándome gestos como para que aguante un poco más, después de ese largo día, sólo un poco más para el final. Billie Joe no le regaló miradas a nadie. Era un demonio hecho fuego, rebotaba por todo el escenario, cantando, gritando, haciendo bailar su guitarra, emocionado como el público que tenía adelante. Los tres eran tal cual me los imaginaba, no perfectos, pero sí perfectos en base a la impresión que me daban a mí. Después de eso, no sabía qué más quería esperar en la vida. Claro que es una forma de decir, sí tenía otras metas a largo plazo, y capaz que haber cumplido ese sueño me motivó aún más. Pero a lo que voy es que la felicidad que sentí era tan grande, tan infinita, que creí que mi corazón no lo iba a soportar.
En cierto momento, durante el recital, tuve que detenerme a llorar, a descargar un poco todo eso que ya era tan difícil de contener. Creo que cientos de personas me vieron en ese momento, porque casualmente (o no tan casual) las cámaras me captaron medio sollozando y transmitieron mi cara en la pantalla como para que todo el Pepsi Music se emocione con la negrita esa que estaba aplastada contra la valla. Sonaba 21 Guns. Ni en ese momento ni ahora es de los temas que más me emocionan, pero era así. Era casi el final, llegando a las últimas canciones y ya no lo podía soportar. Me había aguantado estar despierta desde las 2 de la madrugada, habiendo dormido cuatro horas, viajado en tren con gente que se iba a laburar; más tarde, la fila, horas de estar ahí, tratando de contener la ansiedad con María y recorriendo el lugar con Lily y Lulu, mis hermosas amigas, encontrando, entre otros, a Renacuajo, Romi, Gise, y ya ni me acuerdo quiénes más, y todo eso no terminaba ahí, sino que continuaba con la famosa y tan recordada valla que se cayó, que tiramos cuando no aguantábamos más, la carrera hasta la nueva fila para finalmente ingresar, y por fin el escenario en frente nuestro. Después de eso, fueron las cinco horas más agonizantes de mi vida, aplastada ahí adelante, viendo que pasaba una banda, y después otra, tengo un leve recuerdo de haber prestado atención a Bulldog, y cuando salió Massacre ya se me acalambraban las piernas. Nos divertimos bardeando al gordo, ahora me da un poco de culpa (mentira). Lo que siguió fue fiesta. Casi entrando en shock cuando salieron ellos (POR DIOS, BILLIE JOE ERA REAL), pero después fue una fiesta con todas las letras. Bailamos, pogueamos, gritamos, un público del cual estoy muy orgullosa, porque no dejamos de gritar ni cantar en ningún momento. Si Green Day no tocaba nada, la música la hacíamos nosotros, miles de personas que venían de todo el país, sólo por ellos.
Espero, realmente espero el día de hoy que ellos tengan aunque sea una mínima idea de todo lo que movieron ese día en mí y en muchas otras personas. Cómo esas tres personas y sus acompañantes (Jason White, Jason Freese y el tipo de atrás que nunca nadie junó), nos hicieron pasar a muchos el mejor día de nuestras vidas. Hasta el día de hoy, sigue siendo el mejor para mí. Cuando terminaron, las lágrimas de despedida cayeron rápido. Aprecio mucho a los fans que compartieron ese lugar conmigo (porque como dijimos alguna vez, los fans de Green Day son los mejores), me sentí realmente comprendida cuando miré y todos les pedían con la mirada que se queden, una canción más, un segundo más. Y creo que también entendí a un tipo que en cierto momento se paró al lado mío y se puso a llorar. No es tristeza, es felicidad. Para mí siempre van a ser los que transformaron mi vida, los que me mostraron el camino que quería seguir. Y gracias a eso, hoy tengo lo que me hace más feliz, que es la música, mi guitarra y mi canto. Ya nadie me lo va a poder sacar. El trabajo está hecho.
Con todas esas palabras cursis y estúpidas dichas, les vuelvo a decir gracias a Green Day por enseñarme tanto. ♥
Todo lo que cambié después de esa fecha es imposible de explicar en pocas palabras. Cuando salí de ese recital de verdad estaba convencida de que después de mucho tiempo, uno de mis más grandes sueños en la vida estaba realizado. Había tenido a las tres personitas que me volvían loca a tan sólo metros, el mismo Mike Dirnt se comunicó conmigo por medio de gestos en varias ocasiones, al principio conociéndome, al final tirándome gestos como para que aguante un poco más, después de ese largo día, sólo un poco más para el final. Billie Joe no le regaló miradas a nadie. Era un demonio hecho fuego, rebotaba por todo el escenario, cantando, gritando, haciendo bailar su guitarra, emocionado como el público que tenía adelante. Los tres eran tal cual me los imaginaba, no perfectos, pero sí perfectos en base a la impresión que me daban a mí. Después de eso, no sabía qué más quería esperar en la vida. Claro que es una forma de decir, sí tenía otras metas a largo plazo, y capaz que haber cumplido ese sueño me motivó aún más. Pero a lo que voy es que la felicidad que sentí era tan grande, tan infinita, que creí que mi corazón no lo iba a soportar.
En cierto momento, durante el recital, tuve que detenerme a llorar, a descargar un poco todo eso que ya era tan difícil de contener. Creo que cientos de personas me vieron en ese momento, porque casualmente (o no tan casual) las cámaras me captaron medio sollozando y transmitieron mi cara en la pantalla como para que todo el Pepsi Music se emocione con la negrita esa que estaba aplastada contra la valla. Sonaba 21 Guns. Ni en ese momento ni ahora es de los temas que más me emocionan, pero era así. Era casi el final, llegando a las últimas canciones y ya no lo podía soportar. Me había aguantado estar despierta desde las 2 de la madrugada, habiendo dormido cuatro horas, viajado en tren con gente que se iba a laburar; más tarde, la fila, horas de estar ahí, tratando de contener la ansiedad con María y recorriendo el lugar con Lily y Lulu, mis hermosas amigas, encontrando, entre otros, a Renacuajo, Romi, Gise, y ya ni me acuerdo quiénes más, y todo eso no terminaba ahí, sino que continuaba con la famosa y tan recordada valla que se cayó, que tiramos cuando no aguantábamos más, la carrera hasta la nueva fila para finalmente ingresar, y por fin el escenario en frente nuestro. Después de eso, fueron las cinco horas más agonizantes de mi vida, aplastada ahí adelante, viendo que pasaba una banda, y después otra, tengo un leve recuerdo de haber prestado atención a Bulldog, y cuando salió Massacre ya se me acalambraban las piernas. Nos divertimos bardeando al gordo, ahora me da un poco de culpa (mentira). Lo que siguió fue fiesta. Casi entrando en shock cuando salieron ellos (POR DIOS, BILLIE JOE ERA REAL), pero después fue una fiesta con todas las letras. Bailamos, pogueamos, gritamos, un público del cual estoy muy orgullosa, porque no dejamos de gritar ni cantar en ningún momento. Si Green Day no tocaba nada, la música la hacíamos nosotros, miles de personas que venían de todo el país, sólo por ellos.
Espero, realmente espero el día de hoy que ellos tengan aunque sea una mínima idea de todo lo que movieron ese día en mí y en muchas otras personas. Cómo esas tres personas y sus acompañantes (Jason White, Jason Freese y el tipo de atrás que nunca nadie junó), nos hicieron pasar a muchos el mejor día de nuestras vidas. Hasta el día de hoy, sigue siendo el mejor para mí. Cuando terminaron, las lágrimas de despedida cayeron rápido. Aprecio mucho a los fans que compartieron ese lugar conmigo (porque como dijimos alguna vez, los fans de Green Day son los mejores), me sentí realmente comprendida cuando miré y todos les pedían con la mirada que se queden, una canción más, un segundo más. Y creo que también entendí a un tipo que en cierto momento se paró al lado mío y se puso a llorar. No es tristeza, es felicidad. Para mí siempre van a ser los que transformaron mi vida, los que me mostraron el camino que quería seguir. Y gracias a eso, hoy tengo lo que me hace más feliz, que es la música, mi guitarra y mi canto. Ya nadie me lo va a poder sacar. El trabajo está hecho.
Con todas esas palabras cursis y estúpidas dichas, les vuelvo a decir gracias a Green Day por enseñarme tanto. ♥
8 sept 2013
Blah, blah, blah...
- Hace mucho no hago un coso de estos, así que los aburridos pueden leer si quieren.
- 1: If you were of the opposite gender, what name would you want to have?
- Mmm... Tal vez Charly o Julian.
- 2: If you could witness any historical event in person, which one would it be and why?
- La guerra de Vietnam, el movimiento hippie y todo eso. Igual creo que no me gustaría estar obligada a presenciar ninguno. Todos los eventos históricos que me interesan en general son sangrientos o muy malos momentos.
- 3: What kind of sandwich best describes your personality?
- Galletita de agua, dulce de leche, manteca, galletita. Oh sí. No sé si me describe, pero aguante.
- 4: If your crush or significant other were to turn in to a ferret, what would you do? Would you still like/love them?
- ... ¿Qué carajos?
- 5: If you became dictator of your country, and you can enact one law that could not be repealed once you are forcibly removed from office, what would that law be?
- Ay, me da paja, se me ocurren muchas. Una ley musical es la primera que se me ocurrió, para que al músico se le pague como corresponde por su trabajo. De ahí hay muchas maneras, pero en fin.
- 6: What is your opinion of Canada?
- Me preocupan más las pirañas.
- 7: What is your patronous?
- Un tigre.
- 8: If you could change your skin color to anything outside of the natural palette of skin colors, what color would you choose?
- Verde, como los sims.
- 9: What was the last movie you chose not to watch?
- Sherlock Holmes. Pero ya la voy a elegir en algún momento, cuando se me pase la paja.
- 10: If you were a farmer, what would you grow?
- Jejejeje lechuga.
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