Una foto de tu recuerdo favorito
¿Un recuerdo favorito? Es difícil, son miles [entre mis favoritos, obviamente están los miles de recuerdos que todavía retengo de mi noche, ese 22 de octubre], pero hay uno en especial que no fue fotografiado, y ahora paso a explicar el porqué de la foto entonces.
Mi recuerdo: Era un domingo, seguramente, no me acuerdo, pero debía ser, porque eran los días en que la familia se juntaba en la casa de mi abuela y éramos miles alrededor de una mesa. Ya era de tarde, y algunos pensaban irse [mi mamá y mi tía, por ejemplo]. Ahí estábamos Nata y yo [el niño de la foto, como podrán imaginar], que como siempre, no queríamos separarnos, porque a pesar de que vivíamos a un par de cuadras, en la semana no nos veíamos mucho. Y como solíamos hacer [aunque siempre fallábamos] nos escondimos para que no nos encuentren y nos dejen un rato más. Sólo que esa vez nos salió BASTANTE muy bien.
Mi abuelo tenía un lugar donde criaba un montón de conejos, y ahí nos fuimos a meter los dos. Esperamos hasta que escuchamos que empezaron a llamarnos porque mis tíos ya se iban, y nosotros nos quedamos en silencio, para que no nos descubran. No me acuerdo cuánto tiempo habremos estado ahí, capaz que fueron horas o capaz que ni siquiera fue tanto tiempo, pero la cuestión es que después nos encontró mi abuelo, y cuando salimos, mi vieja estaba desesperada, nos cagaron a pedos porque nos habían salido a buscar por el barrio, y un montón de cosas más. Y nosotros sólo nos escondimos porque no queríamos irnos a casa.
Ese es uno de mis recuerdos favoritos de la infancia, capaz porque representa en general una de las tantas cagadas que nos habremos mandado juntos. Después hay otros, muchos más [las tardes de ver el Rey León, cantar y bailar con Lulu y Fabi, jugar en la casita, etc...], pero sería difícil elegir entre uno de ellos. Y no hay foto del abuelo encontrándonos, así que está esa, en la que salimos los dos. El primo más hermoso y la prima más hermosa, oh yeah! Y no son necesarias las fotos, porque no las hay de los mejores recuerdos. Esos quedan solamente en la mente, y de ahí no se van más, porque vamos a tener 8471982 años, y nos vamos a seguir acordando de eso. Cuando te vuelva a abrazar también nos vamos a acordar.
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