Welcome to Paradise

Página en construcción. Estará lista cuando la paja no le gane a la editora/escritora (o cuando photoshop se porte bien).
Si alguien sabe cosas que empiecen con la letra M, comente acá!

14 jun 2014

On the other side...

Lo triste no es que el individuo sepa que nadie lo espera del otro lado, sino que el hecho de que nadie lo espere es frustrante porque él siempre estuvo esperando a alguien más.

16 feb 2014

Con sai Tigre

Fue una noche que jamás olvidó, pero tan fabulosamente extraña que nunca pudo describir... ni siquiera recordarla racionalmente, del modo en que recordamos los acontecimientos mundanos de nuestras vidas. La comprensión plena solo retornaba a él en sueños, y hasta el final de su vida soñó con la boreastada. Ni tampoco eran pesadillas. Eran sueños buenos. Eran sueños de seguridad.
Hacía calor bajo la sábana, y el bulto durmiente de su compañero daba aún más calor. En cierto momento se deslizó bajo su cobertor lo suficiente para atisbar miles de millones de estrellas esparcidas en la bóveda del cielo, más de las que hubiera visto jamás en su vida. Era como si la tormenta hubiera perforado agujeros diminutos en el mundo por encima del mundo y lo hubiera transformado en un tamiz. Brillando a través se filtraba todo el misterio esplendoroso de la creación. Quizá tales cosas no estuvieran destinadas a ser vistas por ojos humanos, pero Tim estaba seguro de que le había sido concedida una dispensa especial para mirar, pues se encontraba bajo un manto de magia y yaciendo junto a una criatura que hasta los aldeanos más crédulos de Arbolvilla hubiesen tachado de mítica.
Sintió un temor reverencial al alzar la vista a aquellas estrellas, pero también un profundo y duradero deleite, tal como sentía cuando niño, al despertar en mitad de la noche, a salvo y abrigado bajo su colcha, adormilándose medio dentro medio fuera del sueño, escuchando al viento cantar su solitaria canción de otros lugares y otras vidas.
"El tiempo es un ojo de cerradura -pensó mientras contemplaba las estrellas-. Sí, eso creo. A veces nos agachamos y atisbamos a su través. Y el viento que entonces sentimos en la mejilla, el viento que sopla por la cerradura, es el aliento de todo el universo viviente."
El viento rugía en el cielo vacío, el frío se recrudecía, pero Tim Ross yacía a salvo y abrigado, con un tigre durmiendo a su lado. En algún momento él mismo se escurrió en el letargo de un descanso que fue profundo y satisfactorio y no turbado de pesadillas. Se sintió muy pequeñito, como volando en el viento que soplaba por el ojo de la cerradura del tiempo. Yéndose lejos del borde del Gran Cañón, por encima del Bosque Interminable y el Fagonard, sobre la Ruta del Fustaferro, más allá de Arbolvilla -solo un valiente nidito de luces desde su cabalgadura en el viento- y más lejos, más lejos, oh, muchísimo más lejos, a través de los confines de Mundo Medio hasta una enorme Torre de ébano que se erguía en el cielo.
"¡Iré allí! ¡Iré algún día!"
Fue su último pensamiento antes de que el sueño lo raptara.

El Viento por la Cerradura - Stephen King.

10 ene 2014

Carolina

Hoy fue un día que seguramente más adelante, en meses o tal vez años recuerde como uno de los que más me marcó en la vida. No fue alegre, pero tampoco pesó tanto como creí que iba a pesar. Ahora escribo para grabarlo y para no olvidarlo, porque Carolina no es alguien que desee olvidar. Ahora vive en mi corazón, feliz, espero que también en paz.
Creo que ayer pesó más que hoy, de hecho. Ya no sabía qué hacer. Ninguno de nosotros sabía qué hacer. Mi gata luchó contra su enfermedad todo el último año. Bien sabemos nosotras que luchamos con ella. No sé qué pensarán los demás sobre cómo estuvimos cuidándola, si creerán que fue lo correcto o no, en todo este tiempo recibimos bastantes comentarios. Para mí, hicimos lo que teníamos que hacer, y sigo convencida de eso. Seguramente el esfuerzo que hicimos fue más por nosotras mismas que por ella, no voy a negar el pequeño toque de egoísmo que caracteriza a todo ser humano. No creo poder hablar por mis hermanas y por mi madre ahora, ellas deben tener sus propios pensamientos respecto al tema, pero en cuanto a mí, creo que además lo hice porque quería regalarle vida, la vida que todas las personas tratan de cuidar, yo quería cuidársela a ella también, y principalmente porque la amaba.
Cada uno de los seres en ésta casa, humano, perro o gato, ocupa un lugar fundamental. El vacío que quedaría si no estuviéramos alguno de nosotros sería enorme. Caro dejó su lugar, pero antes de irse lo llenó con todo el amor que nos entregó a nosotras tres. Nuestra mamá gato. Y así es como quiero recordarla. Como la bola de pelos que era, blanca, como espuma, con esos ojos grandes y su maullido tierno. Nos consoló a todas cuando alguna vez lloramos, se bancó que juguemos con ella, que la disfracemos, que nos quedemos dormidas abrazándola (aplastándola), anduvo atrás nuestro y nos cuidó como pudo, como su instinto se lo permitía. Me quedo con eso porque fue lo más puro que me pudo dar. Espero haber estado lo suficiente para ella también.
Hablar de sus últimas horas es algo que no quiero hacer con nadie. Fue la decisión más difícil de nuestras vidas, y por mi parte, casi ni fue una decisión, porque era así como tenía que ser. Traicioné mis propios principios porque al final no estoy segura de cuánto sirven, ni de cuánto sirve mi orgullo. Sólo sé que en ese momento había una verdad, y era que Carolina me había dado todo, y yo tampoco tenía más para darle. Así que le agradecí, la besé mucho más, le prometí que siempre la iba a querer y que nunca la iba a olvidar, ella ronroneó un poco, y después la dejé ir. La frase "descansa en paz" jamás tuvo tanto sentido como ahora.
Cuando volvimos a casa, la despedimos todas. Lloramos, pero después ya no quise llorar más. No sabía cómo decírselo a mis hermanas y a mi vieja, pero creo que de alguna forma me entendieron porque más tarde almorzamos y pudimos empezar de a poco a hablar de ella y a pensar en todo lo que fue Caro. Cuando recién llegó, llena de pulgas y garrapatas, wácala, cuando creció (que era mala como es era Pitu, y le mordía los pies a Jimena), cuando tuvo bebés, cuando la disfrazábamos, cuando una vez perdió un diente por jugar conmigo (:S)... Y cuando nos dimos cuenta, estábamos riéndonos por todas esas cosas hermosas que pasamos con ella. Ahora estoy volviendo a llorar, un poco, porque todavía no me duele tanto extrañarla. Pero cada vez que me duela voy a pensar en eso, en esas cosas que ya quedaron grabadas. En Cora, Caro, Cori, Caroline, Carolina, que pasó un rato por acá y ahora continuó su camino, para siempre. En Caro, que ahora es eterna.