Acá estamos otra vez. No voy a decir que de la misma manera en que comenzamos, porque primero: nunca empezó nada; y segundo: si hubo un comienzo, definitivamente no fue de esta manera. Y dejando de lado lo que siento por vos, que seguramente nunca lo vas a saber (al menos que las circunstancias sean muy importantes), sí comenzó algo hace ya más de un año, la verdad es que lo dije tirando un número, porque ya ni me acuerdo cuánto tiempo pasó... Creo que fue más, cerca de dos años. Comenzó lo que llamábamos amistad, y lo dijimos de una manera tan sencilla que ahora tal vez te arrepientas de haberlo dicho, no lo sé. Yo definitivamente no. Porque a pesar de que tal vez no sabía todo de vos, y vos no sabías todo de mí, siempre estuviste en ese corto lapso de maravilloso tiempo, estuviste para hacerme reír, enojar a propósito, para hacerme llorar de la felicidad, para todo eso, siempre estuviste, y yo intenté estar también. Pero me equivoqué, por alguna extraña razón me descuidé de todo, y si ahora no estamos bien tal vez sea porque no pensé que dejar de dar abrazos quita unión. Porque cuando peleábamos (peleas de en serio, no como solíamos pelear, cuando nos criticábamos cosas y después nos reíamos de nuestras propias tonteras), después terminábamos arreglándonos, nos pasó un par de veces. Y el orgullo siempre estuvo metido en medio, como la púa que nos hacía enojar más y más, porque ninguno de los dos daba el brazo a torcer, y ahí parecía que todo realmente se iba a la mierda. Y después... Extrañamente ya te tenía a mi lado otra vez, me tocaba otra vez, justo cuando pensaba que terminaría. Nunca estaba segura de lo que pensabas, de lo que pasaba por tu mente, nunca escuché un perdón de tu boca, y de la mía tampoco salió tal palabra, somos unos idiotas. Pero con hablar lo solucionábamos. Porque te preguntaba si estabas enojado y vos te reías. Qué idiotez, ¿no? Seguramente no hubiéramos gastado tanto tiempo peleando por estupideces si hubiéramos sabido que después las cosas serían muy distintas. Me acordé de eso y me sonreí. Siempre que me acuerdo lo hago. Y, como decía, nunca estaba segura de lo que pensabas. Nuestra amistad siempre fue rara. Peleábamos y a la vez nos estábamos abrazando y riéndonos de aquellas cosas. Entonces al principio me quedaba pensando hasta tarde recostada con la vista clavada al techo, pensaba en tus formas de afecto, ¿significaban algo realmente? Y después me decía a mí misma que de la misma forma yo te demostraba cuánto te quería. Entonces comprendía que éramos amigos de verdad, que eras uno de los mejores que tuve y voy a tener, y capaz qe ahora soy demasiado cobarde y estúpida, porque vuelvo a derramar lágrimas cuando pienso que todo acabó, y que ese fin no tuvo principio. Porque debería dejar atrás todos mis errores, mirar hacia adelante, como lo hicimos en varias oportunidades... Fuck! Ni siquiera llegan a salirme las palabras... Y entonces me pregunto si esto que siento va a durar para siempre... Si absolutamente todo lo que siento va a durar para siempre. Probablemente sea, en parte, lo que me impide dar el puntapié inicial a un nuevo comienzo... No lo sé. Sólo sé que ya no puedo descargarme de ninguna otra manera, porque me enloquece tener que recordarte de una manera penosa cada vez que escucho canciones que escuchábamos juntos (las pocas en las que coincidíamos), y odio ver que una cualquiera puede jurarse tu mejor amiga, cuando me mirás y desviás la mirada lo más rápido que podes, como si yo no me diera cuenta de que notaste ya mi presencia. Igualmente, siempre te veo yo primero. Y no quiero más. Es olvidar o empezar. Lamentablemente estoy en el medio de las dos, y no sé para qué lado ir. Necesito que me empujen, no me importa de qué manera pero tengo que solucionar de alguna manera esto que me pasa. Aunque sabes perfectamente que para mí sería mejor si no hubiera nada que solucionar, si todo fuera como fue hace un tiempo. Y la voy a pasar mal, pero voy a agarrarme de todo lo que me des que me venga bien. Ahora sólo queda esperar.