Welcome to Paradise

Página en construcción. Estará lista cuando la paja no le gane a la editora/escritora (o cuando photoshop se porte bien).
Si alguien sabe cosas que empiecen con la letra M, comente acá!

5 nov 2010

22-10-10 - Time of my Life [Segunda Parte]

¡Lee acá la primera parte!
22/10/10 – El momento de mi vida

Cuando pienso ahora en todo lo que pasó y que tuve a las tres personas que me inspiraron como persona y en lo que se supone que va a ser mi futura vida profesional en frente de mis propios ojos, se me pone la piel de gallina. Era como un sueño, el más hermoso de todos los sueños, pero era real. Ellos cantaban para mí, para nosotros, traspiraron por nosotros, y toda la espera valió la pena.
Me levanté a las dos y media de la madrugada para darme una ducha antes de salir. Estaba media dormida, y lo estuve hasta que llegué al baño. Pensé: “estoy levantada a ésta hora para ir a ver a Green Day”, y ya no tuve sueño. De repente me despabilé. Me bañé y me quedé bastante debajo de la ducha y para cuando salí, María y Lulu ya estaban despiertas. Empezamos a preparar todo, nos cambiamos, teníamos las mochilas listas, mi vieja había preparado café, y otras cosas más. Salimos de casa. La noche estaba más fría de lo que esperábamos, pero no importaba. Eran poco más de las cuatro cuando estábamos en la esquina, y para tranquilidad mía (supongo que también para la de los demás), ya se veía el vehículo a lo lejos.
Viajamos tranquilas, hablando de cualquier cosa y junto con toda la gente que salía a trabajar a esas horas de la madrugada. Bajamos del bondi, y fuimos a la estación del tren. Habíamos perdido uno, y esperamos un rato hasta que llegó el otro. Mi intención era dormir un poco más en el viaje, pero fue imposible. No porque me haya sentido nerviosa ni nada de eso. De hecho, creo que estaba muy tranquila y eso me asustaba un poco. Llegamos a la estación, y después de comprar un par de corpiños rojos (algo que fue muy extraño, teniendo en cuenta que eran como las cinco de la mañana), porque queríamos usarlos cuando la banda toque King For A Day. Fuimos a tomar el bondi, y ya se empezaba a sentir la impaciencia. El viaje fue más corto, y después caminamos bastante, y hacía frío, pero traspiraba y temblaba. Estaba nerviosísima. Nos dijeron que vayamos por no sé dónde para llegar hasta la entrada, y empezamos a caminar, cuando vimos una fila. Era imposible para mí que sea esa, en realidad, creo que tampoco había tiempo para tomar conciencia de que esa era la fila, y me estaba desesperando. Preguntamos y efectivamente, era la fila. La hacían ahí para entrar por otra calle, que más tarde iba a ser cortada, así que esperamos. Casi me desespero cuando vi que ya estaba esperando por fin, pero mantuve la calma, y recién entonces me di cuenta de que tenía hambre. Pero ya estaba ahí, cada vez más cerca y más nerviosa.
La espera se me hacía interminable. A cada rato preguntaba la hora, me cagaba de frío y comía galletitas para pasar el hambre. “Pasó una hora desde que estamos esperando”, dijo uno que estaba adelante nuestro, y nosotras casi nos morimos. La gente fue llegando cerca de las ocho de la mañana, y a las diez ya la gente llegaba a montones. La fila avanzó un par de veces, y se armaron varias discusiones por gente que se colaba constantemente. Se empezaron a presentir los problemas que se iban a presentar más tarde, antes de entrar, que lograron ponernos bastante tensos a todos.
Llegó entonces Fio, después de un rato. Estaba con ella, con mi mejor amiga, e íbamos a estar juntas con Lu en uno de los mejores momentos de nuestras vidas. Y fue genial. Estaba Florencia con ella, y se pusieron con nosotros en la fila. Así que seguimos esperando.
Las horas pasaban muy lento. A la mañana todavía no daba demasiado el sol y había mucho viento, así que estábamos bastante quietas y de vez en cuando íbamos a dar una vuelta. Más tarde llegaron Renacuajo, Whatser y Eva, y los hicimos meterse con nosotros en la fila. No queríamos que estén lejos, además, adelante ya se habían metido un montón más. Me fui a cambiar cerca del mediodía, me puse los lentes de contacto (¡gran dilema después con eso! Aunque ni tanto, porque en el momento que ocurrió, no me importó) y volví a la fila. Esperamos. Llegó Lau y se puso con nosotros en la fila, que ya empezaba a no ser tan fila, y seguimos esperando. Compramos algunas cosas, como pins, posters, banderas, remeras… Y en mi caso, todo fue a parar a manos de mi vieja, que para algo estaba ahí. Cerca de las dos de la tarde, el sol estaba matándonos. Entonces fuimos a la sombra, donde estaban RT, Whatser y Eva, y nos sentamos con ellos. Pero habremos estado como mucho diez minutos, cuando vimos que la fila se empezó a mover. Y se movía demasiado.
Salimos todos corriendo, guardé las cosas que había sacado de mi mochila de cualquier manera y corrí. Entonces la fila ya no existió. Se amontonaron todos adelante contra la valla, y era sólo un grupo de gente. Nada de organización. Hubo discusiones por el lugar, ¿pero de qué lugar estaban hablando? Si delante de nosotros siempre había dos o tres personas más que habían llegado hacía quince minutos, y nadie respetó ninguna fila ni orden de llegada. Se empezó a poner muy tenso el ambiente y esperamos más de media hora así, apretados, con el sol quemándonos las cabezas. Hasta que empezaron a empujar. Y llegó un momento en que dijeron que íbamos a entrar, y cuando pasaba el tiempo y veían que no pasábamos a ningún lado, empujaron más y… La valla se cayó.
Fio, Lulu y yo habíamos estado agarradas de la mano desde hacía rato, y cuando lograron tirar la valla salimos corriendo las tres. Fue la corrida más desesperante de mi vida. Fio se adelantó y al final nos soltó, y yo me solté cuando Lau se cayó y se lastimó. Cuando vi que la levantaron, seguí corriendo, y busqué a Lulu. Una vez juntas, le agarré la mano y seguimos corriendo. No veía ni escuchaba nada. Sólo corría. Fuimos por un camino equivocado, volvimos, y finalmente llegamos a una fila nueva que se estaba armando. Ahí recién se puso todo más organizado. Nos hicieron entrar de a dos para armar una fila nueva y estábamos casi delante de todo. Lu y yo, y Fio con alguien más adelante nuestro. Y esperamos un poco más otra vez. Veíamos ansiosas cómo otros iban pasando para unirse a la fila. Gente que estaba delante de todo y terminó atrás, y al revés, o gente que incluso recién estaba llegando. No veíamos la hora de avanzar.
Cuando por fin empezó a avanzar, me puse más nerviosa. Entramos, verificaron la entrada, la cortaron (mi hermosa Charlie se sintió útil), la marcaron y después nos pusieron las pulseras del vip. Y ya estaba. Cruzamos el puente, algunos corrieron, yo corrí un poco, y después de dar una vuelta, ahí estaba. El escenario se alzaba delante de todos nosotros, con los instrumentos cubiertos, con todo preparado para las dos únicas bandas que iban a tocar en él. Y yo estaba a sólo unos metros. No podía estar en mejor lugar.
La gente seguía entrando. Y el lugar parecía demasiado chico para cinco mil personas que eran la vip. El campo, en cambio, era inmenso. Empezaron a tocar las bandas en el otro escenario, pero nadie las escuchaba. Ya cuando terminó de entrar la gente, estábamos muy apretados. Esperamos así desde las tres de la tarde, más o menos, hasta que empezó Green Day. Apretados como sardinas, sin poder mover ni los brazos. Y eso no era lo peor, porque encima que casi no respirábamos, los de atrás a veces empujaban, y cada vez era peor. Le hice viento a Lu varias veces porque sufre de asma y en ese encierro en la que ni siquiera se podía respirar bien, era muy probable que se descomponga. Y una hora después, más o menos, empezaron a sacar gente descompuesta o que estaba por descomponerse. El sol se empezó a correr, y el tiempo que estuvo alto en oeste antes de esconderse pareció interminable, quemándonos las cabezas, haciéndonos transpirar y ahogarnos. Estábamos sofocados y ansiosos, porque cada vez que terminaba una banda en el otro escenario, salía un cartel en la pantalla que decía “ESCENARIO 1. Massacre – 20:15; Green Day – 21:15”. Y todos gritaban y empezaban a gritar: “¡Olé, olé, olé, olé, Green Day, Green Day!”. Era lo único que se esperaba. Algunos del campo trasero veían a las bandas, se armó un pogo bastante interesante cuando tocó Cadena Perpetua o, mucho antes, Expulsados. Pero la gente quería sólo a Green Day.
Cuando se fue haciendo de noche y vimos que en el cielo aparecían algunas nubes extrañas, empezamos a rogar que llueva. Al final, ni el cielo se solidarizó con nosotros, que pedíamos agua a los guardias a cada rato. Pasábamos el vaso, pero éste nunca llegaba atrás. Y cuando consultábamos la hora, nos preguntábamos cuánto faltaba para las ocho. Y es que no queríamos ver a Massacre, pero que salgan ellos a tocar significaba que inmediatamente después venía Green Day, y ya todo se iba a movilizar mucho más. Fue una agonía, literalmente y con todas las letras de la palabra, estar ahí parado más de seis horas, sin poder mover ni los brazos ni los pies y apenas pudiendo respirar. No podía levantar el brazo que sostenía mi mochila, mis piernas empezaban a temblar, y mi cabeza también. Y fue la tarde más larga de mi vida.
Hasta que al fin, llegó Massacre. Una verdadera porquería. Aunque no escuché nada de lo que tocaron. El gordo que es el cantante se hizo rogar hasta último momento, lo veíamos comiendo un sándwich atrás del escenario. Le gritaron de todo. El gordo que pretendía ser freak vistiendo esas calzas ajustadísimas, la remera que dejaba ver toda su panza peluda, sus pelos largos llenos de rulos y que llevaba en sus brazos una muñeca grande y pelada, que daba mucha impresión. Algunos sí cantaban y se coparon, pero la mayoría empezaba a gritar: “¡Green Day, Green Day…!”, cuando dejaban de tocar. Dijo en un momento: “¿Saben lo que tienen en común los fans de Massacre y los de Green Day? ¡Que son todas putas!”. Y yo creo que eso no lo podía comprobar… Primero porque no había fans de Massacre en ese gran público de 35.000 personas; segundo, porque creo que los fans de Green Day somos MÁS putos todavía. En la última canción, todos se movilizaron y se pusieron más ansiosos y nerviosos. Cuando estaba terminando, el gordo dijo algo bastante largo, pero yo no escuché nada. Estaban todos en ese momento pidiendo a Green Day a coro, algunos de los que estaban más adelante les regalaron una lluvia de escupidas a los de Massacre, otros los abuchearon, los sacaron cagando. Y se fueron por fin.
Se escuchó entonces el audio que se escuchaba entre cada banda, las recomendaciones de “no correr, no empujar, no agredir, blah, blah, blah”, todas reglas que ya habíamos quebrantado hacía rato. Pero como sabíamos lo que significaba ese estúpido audio, todos volvimos a gritar, volvimos a pedir por Green Day, y a cada rato gritábamos. Empezamos a gritar distintos cantitos, un muy colgadísimo “he… oh…”, o sino simplemente a gritar para hacer quilombo. No podía creer que estaba a menos de media hora de verlos a ellos. Y la hora última hora que empezó con Massacre, fue la más larga de mi vida. Y de repente…
Las luces se apagaron, y se escuchó de fondo YMCA, y muchos cantaron con la letra cambiada en castellano por Susana Jiménez, cosa que fue bastante gracioso cuando después salió el Bunny! El conejo rosa, que Pergollini describió en la radio –me contó más tarde mi hermana-, y dijo con humor: “es increíble, un conejo ridículo y los hace reír (…) ¡rosado, borracho y sucio! Y están todos gritando, riendo…”. Rosado, borracho y sucio, llevaba dos cervezas Quilmes en la mano, la típica cerveza argentina. Ni siquiera se le hizo necesario incentivar a la gente a gritar, porque apenas entró, todo el público reaccionó al instante. Empezaron gritándole de todo, de mi parte un “conejo puto, sos lo más” y algunos otros mensajes que incentivaban al conejo que no podía entendernos a hacer cosas depravadas. Entonces no se entendía demasiado. Después empezaron todos a cantar: “It’s to fun to stay at the Y-M-C-A!”, pero evidentemente, nadie se sabía exactamente esa letra, y todos cantaban en un inglés de mierda, como buenos maricones que éramos. El conejo bailó un poco, tomaba cerveza, se iba hasta el otro lado del escenario, se acomodaba la cabeza, tomaba cerveza, empezamos todos a gritar “1, 2… 1, 2, 3, 4!” y él empezó a mover las manos contando, volvió a tomar cerveza, después siguió tomando y empezamos a gritar “¡fondo, fondo, fondo, fondo…!” y terminó haciendo fondo blanco con una botella de cerveza. Cuando menos nos dimos cuenta, se había ido.
Por mi parte, pensé que iba a volver a pasar mucho tiempo hasta que algo vuelva a aparecer en el escenario. La gente no se callaba, estaban todos conteniendo la emoción, los corazones latían juntos a un ritmo acelerado. Las luces se apagaron y se prendieron las blancas del piso, que iluminaron el escenario muy poco. Se escuchó el sonido de interferencia de una radio, que casi no se apreció durante tanto tiempo porque todos empezaron a gritar. No entendía, no podía estar pasando. No grité. Miraba al escenario y cuando me di cuenta de lo que eso estaba significando se me agrandaron los ojos y le agarré con fuerza el hombro a Lu. Empezaron a cantar todos The Song of the Century, mis ojos llenos de lágrimas que no lograban salir, cosa que sucede ahora mismo, que recuerdo ese momento, ese terrible momento. De repente, hubo movimientos en el escenario, ¡salieron ellos! La gente interrumpió su canto para empezar a gritar desesperadamente. Billie Joe Armstrong se acercó adelante y levantó los brazos, Mike Dirnt se ubicó en un costado y saludó también, y Tré hizo un gesto con los brazos antes de sentarse en la batería. No estaba a mi vista Jason White, y en ese momento muy estaba shockeada como para mirar a Jason Freese. No reaccioné, de hecho, a Mike y a Tré los vi de soslayo, porque estaba más accesible Billie a mis ojos, entonces lo miraba a él y de mis ojos todavía no salían las lágrimas. La gente me empujaba, no hubo momento en el que me empujaran más que ese. Empecé a llorar desesperadamente y entonces empezaron a tocar. Green Day estaba en el escenario, en Argentina, adelante mío. Eran reales, eran ellos, y estaban tocando para nosotros, después de tanto tiempo de espera.

[La última parte es la más larga y donde ya describo detalladamente todo lo que me acuerdo desde que aparecieron ellos xD!]

Tercera parte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario