Welcome to Paradise

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6 ene 2011

Oppugno!

"... La encontró en la primera aula que no estaba cerrada con llave. Se había sentado en el escritorio del profesor y la rodeaba un pequeño círculo de gorjeantes canarios que había hecho aparecer de la nada. A Harry le impresionó que lograse el hechizo en un momento como ése.
-¡Hola, Harry! -lo saludó ella con la voz crispada-. Sólo estaba practicando.
-Sí, ya veo... Son... muy bonitos. -No sabía qué decir. Con un poco de suerte, tal vez Hermione no hubiese visto a Ron con las manos en la masa y sólo se había marchado porque le desagradaba tanto alboroto, pero ella dijo, con una voz inusualmente chillona:
-Ron lo está pasando de maravillas en la fiesta.
-Hum... ¿Ah, sí?
-No finjas que no lo has visto. No puede decirse que se estuviera escondiendo, ¿no?
En ese instante se abrió la puerta del aula, y Harry, horrorizado, vio entrar a Ron riendo y arrastrando a Lavender de la mano.
-¡Oh! -dijo el muchacho, y se paró en seco al verlos.
-¡Uy! -exclamó Lavender, y salió riendo del aula. La puerta se cerró detrás de ella.
En ese momento, se impuso un silencio tenso e incómodo. Hermione miró fijamente a Ron, que, eludiendo su mirada, dijo con una curiosa mezcla de jactancia y torpeza:
-¡Hola, Harry! ¡No sabía dónde te habías metido!
Hermione bajó del escritorio con un movimiento lánguido. La pequeña bandada de pájaros dorados siguió gorjeando y describiendo círculos alrededor de su cabeza, dándole aspecto de una extraña maqueta del sistema solar con plumas.
-No dejes a Lavender sola ahí afuera -dijo con calma-. Estará preocupada por ti.
Y caminó despacio y muy erguida hasta la puerta. Harry miró a Ron, que parecía aliviado de que no hubiese ocurrido nada peor.
-¡Oppugno! -exclamó entonces Hermione desde el umbral, y con una cara desencajada, apuntó a Ron con la varita.
La bandada de pájaros salió disparada como una ráfaga de balas doradas hacia Ron, que soltó un grito y se tapó la cara con las manos, pero aun así, los pájaros lo atacaron, arañando y picando cada trocito de piel que encontraban.
-¡Hermione, por favor! -suplicó le muchacho, pero con una última mirada rabiosa y vengativa, ella abrió la puerta de un tirón y salió al pasillo.
A Harry le pareció oír un sollozo antes de que la puerta se cerrara."

Sí, Hermione... Así se siente.

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