Welcome to Paradise

Página en construcción. Estará lista cuando la paja no le gane a la editora/escritora (o cuando photoshop se porte bien).
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23 jun 2009

Scattered


Subí a mi habitación rápidamente. Estaba muy contento, no lo puedo negar. Lo sé, tal vez sonará extraño, porque muchos de mi edad no tienen pensado irse de su casa y ser independientes de buena voluntad. Bueno, yo sí. Me iba, y estaba conforme con eso, ¿saben? No tenía problema con mis padres ni nada de esas estupideces. De hecho, mi padre había muerto cuando tenía 10 años, y con mi madre me llevaba muy bien. No, ese no era un problema para mí, y si se preguntan si tengo hermanos… Somos 6 hermanos y soy el menor… pero nada consentido, no hagan caso a ese prejuicio sobre nosotros los menores.

Aún así, ya tenía 18 años, y había decidido que mi tiempo en aquella casa había terminado. Lo hablé con mi madre, obviamente. Ella era de esas mujeres que se preocupan por sus hijos, ¿saben?, por lo que le puso algo mal la idea de que su “pequeño Billie Joe” abandone el nido, pero lo entendió. Necesitaba mi espacio, y ya había intentado irme a vivir solo antes, pero no había funcionado. Necesitaba mis tiempos. Había dejado la escuela, y lo principal para mí en mi vida era mi banda. Éramos tres locos que tocaban punk rock, y hacía un tiempo ya que estábamos. Aunque hacía un tiempo habíamos cambiado de baterista. Al principio, cuando John nos dijo “iré a la universidad”, por poco muero de un infarto. Lo asimilé, intenté hacerlo, pero me angustiaba pensar en la idea de una separación cuando nos estaba yendo tan bien. Se podía decir que, desde el comienzo de nuestra corta carrera, estábamos en nuestro mejor momento. Qué desilusión. Estuvimos unos meses sin tocar nada, solo Mike (nuestro bajista) y yo. Entonces encontré a Tré, un tipo que tocaba en otra banda y lo conocía hacía un tiempo. Es buena onda el tipo, bien loco, bien a nuestro estilo. Me encanta Tré, me gustaba ya desde que lo escuché tocar, y no iba a dejar pasar la oportunidad de decirle que toque con nosotros. Al igual que nuestra banda, The Lookouts! Se habían tomado algo así como unas vacaciones, bastante permanentes, así que él aceptó. Y la verdad es que fue el encuentro perfecto.

Como decía, necesitaba mi tiempo. Así que pensé en alquilar un departamento o algo así… Mike ya lo había hecho, y como nos estaba yendo bastante bien, supuse que me alcanzaría para alquilar algo a mí también. Realmente nunca mido esas cosas. No pienso en si estaré en la calle en un mes o cosas por el estilo, gasto el dinero necesario si lo tengo, y el resto lo uso para mis cosas. Y Mike… dudo que haya sacado dinero de algún lugar confiable, pero yo vendía drogas, él no era ningún ladrón, así que no debía estar tan lejos de mi manera de ganar dinero. Tenía mis cosas malas, no se crean.

Iba a quedarme por unos días con Mike, o por un tiempo, hasta encontrar un lugar seguro, pero quería irme. Soy muy ansioso, por si no lo saben, me desespera esperar algo a tal punto que podría fumar como una chimenea sin calmar esa ansiedad. Y a Mike no le iba a molestar, estamos acostumbrados a estar juntos siempre desde que tenemos 10 años.

Así que totalmente emocionado, tomé un bolso y comencé a guardar toda mi ropa de la manera que venía. Luego pensé que debía ser un poco más prolijo cuando me di cuenta que no entraba más nada y tenía medio armario afuera todavía. Por eso demoré un poco. Guardé cuadernos, y montón de otras cosas personales, pero me faltaba algo. Mis fotografías, tenía muchas, ¿saben? Pero el problema era que las tenía guardadas mi madre. No la culpo, conociéndome, se hubieran humedecido en algún rincón sin que les dé importancia. Quería mis fotos, tenía muchos recuerdos. Soy sentimental con ese tipo de cosas, en serio. Me gusta ver la foto por varios minutos, si es de mi agrado, y forzar mi memoria para recordar qué era lo que estábamos haciendo, o de qué estábamos hablando o esas cosas. Tal vez suena tonto, pero si recuerda uno que el momento en el que sacaron la foto era divertido, es fácil que se escape alguna que otra risa. Corrí a la habitación de mi madre, que estaba en la cocina en ese momento, y abrí el gran armario donde guardaba todas sus cosas. Estiré mis brazos al estante de arriba, al cual me costaba un poco llegar. No es que yo sea bajo de estatura, el armario era grande y yo no soy alto, pero tampoco un enano, a pesar de que siempre me cargaron por ser el más bajo del grupo de esa manera. Tanteé tratando de encontrar la caja hasta que la agarré y forcejeé un poco para sacarla. Lo que no me di cuenta al estar haciendo todo a ciegas, es que esa caja tenía otra arriba, y cuando estiré cayó encima de mi cabeza. ¡Qué golpe que me di! Maldije llevando mis manos a mi cabeza con los ojos cerrados, y la caja que había intentado sacar seguía arriba, pero me di cuenta de que no era la que buscaba. De hecho, la caja que se me cayó en la cabeza era la que tenía mis fotos, que quedaron todas esparcidas por el suelo. Resoplé con enojo, ese tipo de inutilidades me hacían enojar. Me agaché y fui juntándolas todas sin darles demasiada importancia, o eso hacía hasta que me fijé en una que había quedado debajo de la cama de mi madre.

Estiré la mano y la alcancé, le sacudí un poco el polvo que tenía y me quedé observándola unos segundos. No me acordaba de esa foto hasta ese momento, y me puse en cierto sentido feliz de recordarlo. En la fotografía tenía unos cuantos años menos, recuerdo bien que ese día era caluroso y tenía 15 años, al igual que la chica que estaba a mi lado. Era de esas tiras de fotos que se sacan en las máquinas que hay en los centros comerciales, me gustaba ir cuando había sido un buen día con alguien. Eran cuatro fotos pequeñas. En la de arriba, estaba ella obligándome a agacharme para salir sola, en broma, obviamente. ¡Cómo nos divertíamos juntos! Era una chica muy especial, ¿saben? No como lo eran otras de mi clase, que se pasan el día entero hablando de chicos, pero eso no significaba que no le gustaba andar con tipos. Llevaba el pelo corto, y nunca se lo había teñido, le gustaba su color negro. Como hacía calor, como ya dije, estábamos los dos en remeras de mangas cortas. Ella llevaba una de los Sex Pistols, algo rota que dejaba ver su hombro y un poco más de su cuello. Era su banda favorita en aquel entonces. Y yo llevaba una de los Ramones. Hasta de gustos éramos parecidos, en serio. En la segunda foto salimos los dos haciendo una cara muy graciosa. Me acuerdo que había amanecido en mi casa ese día, y en la noche habíamos visto una película de terror (aunque, para ser sincero, sólo recuerdo el nombre, y luego nunca más se me dio por verla). Así que intentamos imitar la cara que tenía Frankenstein y que nos había causado mucha gracia. En la tercera foto decidimos salir un poco más normales. Estábamos abrazados, ella con su cabeza sobre mi hombro, pero yo era el único que sonreía. Y aún así, no me arrepiento que no haya sonreído para nada. Tenía una sonrisa hermosa, creo que sólo he visto otra sonrisa tan hermosa como la de ella en mi vida, pero cuando estaba seria también lo era. Tenía el mismo gesto, la misma expresión que cuando la conocí, y eso había pasado ya hacía unos años en aquel entonces. Sus ojos eran brillosos y parecía que traspasaba todo con esa mirada, y sus labios nunca se juntaban del todo, de manera que se veía, si miraba uno fijamente, un poco de sus dientes. Me gustaba ese detalle en las chicas. Y, como se imaginarán, me gustaba ella. Y también se darán cuenta qué tipo de relación llevábamos cuando se enteren qué salíamos haciendo en la última foto. La última nos mostraba a los dos besándonos. Recuerdo que ya no se nos ocurría nada más, y justo antes que salga la foto, la tomé de la cara suavemente y la besé por sorpresa. De otra forma, creo que no hubiera querido. Me quería ella también, pero su personalidad no incluía hacer ese tipo de cosas, no cursis, pero sí algo incómodas. Cuando nos separamos, estaba totalmente colorada la tipa, yo me reí y la volví a besar. Pero luego recuerdo que le gustaron todas, obviamente que la última también.

Había sido una tarde casi perfecta. Digo casi porque habían pasado algunas cosas que me molestaron, pero nada de importancia, en serio. Me había puesto de mejor humor haber recordado ese momento, y así busqué otra foto en la caja dónde las iba guardando. Encontré otra más grande que habíamos sacado en mi cumpleaños. Se notaba porque estábamos los dos muy abrigados, y la bufanda que llevaba era precisamente la que ella me había regalado ese día.

Me llevé algunas fotos solamente, pero esas no las olvidé. Al parecer, yéndome de casa estaba poniendo un punto final a toda mi infancia y esa parte de mi adolescencia (yo de adulto tengo solamente la edad), pero no quería olvidar. Menos ese tipo de cosas. Habían sido buenos tiempos, aunque obviamente con varias cosas que me habían dejado para la mierda. Y a pesar de eso, no valía la pena borrar todo, incluso lo bueno, por deshacerse de lo malo. También si uno se va de su casa para comenzar una nueva vida, en ese caso tampoco vale la pena olvidar. Y viendo esas fotos me había sentido muy bien, creo que si no lo hacía no me hubiera puesto a pensar en eso nunca más. No me hubiera puesto a pensar en lo bien que la habíamos pasado viendo esa película, ni lo bueno que estuvo ir al parque de diversiones a pesar que casi vomito al bajar de la montaña rusa. Y tampoco me hubiera puesto a recordar yo sólo lo hermosa que se veía mi acompañante aquel día, ni lo divertida e interesante que era. Si me preguntan, yo creo que no hay como una buena fotografía en los momentos indicados o en cualquier momento en realidad. Por más que no sea algo importante, uno después no se arrepiente de haberla sacado, cuando la encuentra un tiempo después, y sonríe al recordar buenos tiempos.

Bueno, pueden comentar o algo, I don't know... Pero esta fic va a empezar a postearse en OnlyxAxTest, y espero que les interese xD En fin, me voy, y ya volví a ver 21 Guns otra vez :3 No sé qué tiene que ver, sólo pensé que era adictivo el video, así que lo dije xD

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