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28 dic 2010

2010... That fucking year

Hoy es 28 de diciembre del 2010, y a días de terminar el año, me decido a reflexionar un poco sobre algunas cosas que me pasaron, principalmente sobre lo mejor que me pasó en la vida [Green Day] y sobre lo peor que me pasó [la escuela].
Vamos a hablar primero sobre lo malo. Resulta que en sí, todo este año estuvo cargado de emociones muy fuertes, de momentos que sé que por más que quiera, no me voy a olvidar NUNCA. Sabía que este era el año en que por fin iba a poder ir a un recital de la banda que me cambió la vida; sabía que este era el año en que terminaba definitivamente la escuela, ya nada más de "andar con mochilas y amargos recuerdos", y por fin a estudiar algo de mi interés; supe después que iba a ser tía por primera vez, y ahora ya estoy ansiosa, porque en cualquier momento llega Isis a este mundo; más tarde supe otras cosas que tampoco me agradaron demasiado, y conocí gente hermosa. Todo en un año, y probablemente por eso variaron tanto mis emociones.
El colegio... That fucking place. Se podría decir que de mis tres años de polimodal, este fue el peor. Terminé por desepcionarme más, por darme cuenta de que hay gente que tan sólo con diecisiete o dieciocho años ya tiene la mente jodida y que no va a cambiar. Me di cuenta de que ya ni por ellos se puede hacer nada, que están encerrados, en su burbuja, y lo único que resta es mantenerse vivo. Claro que probablemente [muy probablemente] también estoy jodida. Lo único que me restó fue pensar en que no todo el mundo es igual, que hay personas que tienen la mente un poco más abierta, más abierta que yo y mucho más abierta que otras personas. Lástima que me crucé con pocas...
Empecé el año creyendo que iba a irme de viaje, sólo por mis dos amigos, para pasarlo bien, tener lindos recuerdos en la nieve, grabarnos haciendo estupideces, y demás cosas que suelen disfrutar la gente de mi edad. Al final, terminé peleada con la mitad de mi curso y casi sin poder respirar esas cinco horas encerrada en mi salón. ¿Lo que me mantenía viva? Mis amigos. El hecho de que ya era lo último. Saber que afuera me esperaba algo un poco más parecido a la libertad. Y mientras tanto, ahí adentro había discusiones, el ambiente era pesadísimo, perdía tiempo en materias inútiles que no me van a llevar a ningún lado, pasé frío, calor, hambre. Más discusiones, aguantar más injusticias, tratar de encontrarle el lado positivo. Todo eso, cinco días a la semana, cinco horas al día, y los únicos dos días que salíamos una hora antes eran una bendición. Evidentemente, este año no saqué nada bueno de la escuela, que sólo era un tormento permanente. Fue muy distinto a los años anteriores, o será, probablemente, que antes todo me importaba mucho menos. Creo que crecí un poco.
A la entrega de medallas fui solamente por mi vieja y por mi abuela, punto final. Es así, no lo voy a negar a nadie porque me parece una hipocrecía. Desde que llegué a la escuela ese día me dieron ganas de salir corriendo. Fue lindo igual ver a los que realmente valían la pena, que casualmente, tampoco tenían demasiadas ganas de asistir. Pero una vez que entramos, donde estaban todos los demás, pasaban canciones que decían cosas como "recuerdos que no voy a olvidar" o esas cursilerías que siempre ponen sobre la amistad en la escuela. ¿Recuerdos? Claro, lindísimos recuerdos. Lindísimo el recuerdo de la piña en la cabeza que me metieron, lindísimo recordar que tenía compañeros que quisieron cagarnos, más lindo el recuerdo de que durante semanas no nos dirigió la palabra nadie, la mitad del curso porque no odiaban y la otra mitad porque no querían meterse en el quilombo. Lindísimos todos esos recuerdos, muy lindo acordarse de lo que sufrió mi vieja por mí, porque sabía que yo no me sentía bien con todo lo que pasaba. Lindo también haberselo ocultado a mi viejo, que ya bastantes problemas tenía con mi abuelo como para encima enterarse a fondo de todo lo que pasaba. Muy hermoso, por supuesto.
¿Y saben qué? No me lo voy a olvidar jamás. Nunca me lo voy a olvidar. Porque cuando me pregunten si no extraño la escuela, la respuesta va a ser directamente NO. No la extraño ni la voy a extrañar nunca. Sí hay cosas que sé que aprecio mucho, como esas mañanas de invierno, en que nos escapábamos del salón con Belu y nos íbamos al bufet, del lado de afuera, donde daba el sol de frente, poníamos música y simplemente estábamos, o las veces que nos habremos quedado horas después de clases en el ciber de en frente, con personas que este año no nos dirigieron la palabra. Las veces que nos íbamos con Alan y Martin a dar vueltas, las veces que nos engancharon boludeando y casi nos sancionan [y el chamuyo que nos salvó], o las tres veces que sí nos sancionaron, por reírnos de las caras que Juan hacía cuando cantában el himno, o cuando nos salimos de clases y no tuvimos ninguna excusa buena, un montón de cosas. Pero realmente, no volvería a la escuela sólo por vivir esos momentos. Porque todo lo demás lo supera. No solamente mis compañeros, porque desde que entré en octavo que me vengo quejando con los directivos por cosas que me parecen injustas, sin ser escuchada. No volvería nunca, no quiero. Ya me quité el cartel que dice "pegue que no duele", por lo menos momentáneamente. Hay que ver con qué me encuentro en esta "nueva etapa" que voy a comenzar.
Pero otra cosa que me mantenía viva, que me mantuvo viva por mucho tiempo, era Green Day. Porque desde que supe que los amaba y comenzaron a cambiar mi vida, supe también que no podía morirme sin verlos en un recital. Por lo menos para gritarles "gracias" y que mi grito se confunda con los gritos de todos los demás. Cumplido, ya me siento realizada. Porque gracias a ellos tres, mi vida comenzó a tomar otro rumbo, o tomó otro rumbo directamente. Entendí sus letras y mi cabeza se abrió, pude ver muchas cosas con mejor claridad. Entendí todo lo que me decían, entendí sus mismas contradicciones y las cosas que siempre dejaron más que claras. Y a raíz de eso, conocí muchas otras cosas. Escuché a mis bandas favoritas, leí mi libro favorito, conocí a mis mejores amigos, supe a qué iba a dedicar mi vida, creí en cosas nuevas y dejé de creer otras, comprendí lo que se supone que debo ser. Porque ellos llegaron cuando estaba creciendo y me enseñaron mucho de lo que sé. Gracias es poco, porque encima de todo, vinieron hasta acá y dieron un show para mí. Sí, para mí y cuarenta mil personas más, y fue el mejor show en la historia de Green Day. ¿Gracias? Me las meto en el culo, jamás voy a poder expresarles con palabras todo lo que significan para mí.
Es por eso que desde mayo, cuando nos enteramos la fecha, y desde el 28 de mayo, cuando tuve la entrada en mis manos, hasta aquel maravilloso 22 de octubre, el gran pensamiento que ocupaba mi mente era Green Day. Soportaba todo por Green Day, lo retenía todo por ellos, porque lo demás, ya no me importaba. No me importaba ir al viaje de egresados, porque iba a ir a verlos a ellos, no me importaba pasar horas y horas en la escuela, porque sabía que por tres horas iban a estar tocando para mí.
¿Otras cosas que me pasaron? [Si creen que corté mi discursito sobre "lo que sentí por Green Day este año" a propósito para no extenderme, creen bien.] Bueno, me enteré que voy a ser tía, como ya dije. Esa fue una de las razones por las que no fui al viaje. Belu no iba a ir, y era, además de Alan, mi única mejor amiga en mi curso. Si no iba ella, ¿qué íbamos a hacer nosotros? Bancarnos a los demás, claro. Además, hasta ese momento no sabía en qué fecha iba a ser el viaje y el recital, y si coincidían, ya daba por hecho de que al viaje no iba. No me iba a perder a Green Day por nada del mundo. Así que nos bajamos los tres, y después se bajaron otros más. Ahora, la panza ya está de nueve meses [casi] y esta semana ya voy a conocer por fin a Isis ♥. Estoy conteniéndome todo el tiempo de mandar un mensaje preguntando "¡¿ya salió la pendeja?!", porque si lo hago, Belu me va a pegar (?).
Además de ésto, conocí a gente muy kopada. A los de la GDH, a gente nueva en La Fonola, en otros lados, mucha gente que llegó y con la que es genial compartir momentos.
Por esas cosas y muchas otras, en el 2010 me pasó lo mejor de mi vida y lo peor de mi vida. No fue para nada aburrido, porque tengo un montón de recuerdos distintos. Hay que ver cómo me trata la nueva década, si es que en el 2012 no se termina el mundo.

2 comentarios:

  1. No sabes lo mucho que te entiendo, con la escuela, con Green Day, con todo. Por lo menos, ya saliste de la escuela, fué tu último año y no tienes que verle más la cara a esos idiotas que te molestaban tanto.. Lo único que queda es pensar que todo eso ya pasó, todo quedó atrás, no son más que recuerdos, y ahora ya puedes hacer que tu vida sea como quieras y no dejes que los demás la manejen. No lo hagas. Jamás.

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  2. Me siento muy identificada con lo de la escuela, solo que quizás a mi no me odiaban, sino que se burlaban
    Y lo de Green Day, completamente de acuerdo. Es increíble como una banda te cambia la vida, no?

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